FE Y OBRAS


   Cuando una persona viene con sinceridad a Jesucristo, esta relación transformará su vida. El cambio de verá de inmediato en algunas personas y en otras demorará más. Para aquellos cuyas vidas estuvieron caracterizadas por evidentes malos hábitos y una notable vida inmoral, el cambio en su estilo de vida mostrará a los demás que algo profundo ha ocurrido en su interior. Para otros, quienes no se han involucrado en pecados muy evidentes, el cambio puede no ser tan obvio, pero es igualmente significativo. Recuerda, todos nosotros estuvimos separados de Dios por el pecado, el cual fué perdonado en la cruz de Jesús.
   Nuestra conversión debe mostrarce tanto en fruto como en obras. Este concepto de “llevar fruto” se usa a menudo en la Escritura para describir los resultados de la entrega de una persona a Cristo. Si no llevamos fruto, demuestra que no hemos aceptado a Cristo realmente como Señor y Salvador. Producir frutos no es una opción; es el resultado natural de una persona que entra en unión con Dios. A veces hay confusión en este asunto de llevar frutos u obras.
Mira lo que la Biblia dice acerca de este asunto.
  1. Nuestra vida debe demostrar que Dios está trabajando en nuestro corazón. Dios desea que demostremos nuestro crecimiento espiritual a través de acciones externas (Romanos 7:4).
  2. Debemos vivir nuestra fe. La fe sin obras es incompleta (Santiago 2:14-18).
  3. Dios nos ha salvado para un propósito. Cuando Dios nos dio Su salvación, dispuso que nuestra salvación nos conduzca a buenas obras (Efesios 2:10).
  4. Nuestro caminar debe estar de acuerdo con n uestro hablar. Dios no tiene tanto interés en lo que decimos creer sino en cómo vivimos lo que creemos (Mateo 7:21-23).